La flota del Cantábrico GNA22. De Getaria a Sevilla dejaba atrás nuestro país vecino Portugal, cuna de Fernando de Magallanes, que tan buena acogida le dispensó, adentrándose en aguas nacionales de la Comunidad Autónoma de Andalucía.
Al igual que ocurrió en la etapa de Figueira da Foz a Portimão, decidieron recalar en un puerto de la provincia de Huelva para evitar una navegación nocturna. Como no estaba prevista y era decisión de última hora de los patrones, los responsables de la Travesía pidieron consejo a la Agencia de Puertos de Andalucía sobre cuál sería el más adecuado en función del calado y eslora de las embarcaciones. La respuesta fue inmediata, recomendado Mazagón, y al igual que en Chipiona, gratuito para regocijo de los participantes. Desde el primer momento que se iniciaron los contactos con APPA de la Junta de Andalucía, a través de Rafael Montero, director comercial, las facilidades se multiplicaron al ser este proyecto parte de los Actos Conmemorativos del Quinto Centenario de la Primera Circunnavegación de Juan Sebastián Elcano.
La navegación fue estupenda con vientos portantes permitiendo navegar a vela en todo momento, disfrutando las tripulaciones de un día luminoso. En Mazagón tenían destinados los amarres del pantalán K cerca de los servicios de la Marina, muy bien acondicionados, y de una zona de ocio en donde pudieron cenar las típicas tapas andaluzas.
Al día siguiente partieron hacia Chipiona, no a la misma hora de los días anteriores, al amanecer, si no a las 09:00h. Esta etapa iba a ser muy corta, 30 millas. El retraso se debió a un incidente sufrido en el atraque de una de las embarcaciones. La hélice quedó enroscada a una boya de pesca situada dentro de los pantalanes y al hacer la maniobra para atracar, fue arrastrada. Una vez se hizo de día, con buena luz y con la ayuda un sencillo equipo de buceo, gafas y aletas, pudo ser soltada fácilmente.
La llegada a las cercanías de Chipiona fue apoteósica. Dos millas antes de llegar al puerto, las embarcaciones se agruparon. Salió al encuentro de la flota el presidente del Club Náutico de Chipiona, Marcos Montes, en una motora acompañado por varios veleros. La mar estaba picada y el fuerte viento impidió a embarcaciones de pequeño porte participar en el recibimiento. Y como es costumbre en estas ocasiones, hubo un acto en homenaje a los fallecidos en la mar, dando las ocho embarcaciones una vuelta alrededor de la antigua boya del Perro, hoy llamada Juan Sebastián Elcano, rezando una oración. Emocionadas todas las tripulaciones pusieron rumbo al puerto de Chipiona.
Al igual que en el puerto de Mazagón, disfrutaron de un pantalán exclusivo para la flota, muy cerca de las instalaciones del Club Náutico y de todos los servicios de la Marina. Los abrazos y fotos se multiplicaron para registrar la hazaña vivida. Habían conseguido lo que en un principio se creyó un proyecto inalcanzable, navegar de Getaria a Chipiona, cumpliendo con los actos conmemorativos programados, en los tiempos estipulados, sin retrasos, y lo más importante, habiéndolo logrado sin incidencias reseñables ni accidentes personales.
Las actividades programadas para el día 4 de septiembre fueron varias. Por la mañana, en las instalaciones del Club Náutico de Chipiona, tuvo lugar la presentación del proyecto Travesía de Getaria a Sevilla con la participación de Pedro José Arruabarrena Irurzun, periodista, que habló de su viaje alrededor del mundo siguiendo los pasos de Juan Sebastián Elcano, acompañado de un muñeco llamado Sirimiri que representa a los humildes grumetes que participaron en aquella gran gesta, piezas necesarias de aquel gran puzle de nacionalidades y lenguas que formaron las tripulaciones de las cinco naos que partieron hacia el Moluco, entre ellos Pedro de Tolosa que embarcó en la nao Victoria. También habló de Pepe Solá, presidente de Agnyee, con el que había estado navegando desde las islas Fiji a las Salomón en el velero Pros, en su derrota alrededor del mundo como lo hiciera Elcano hace 500 años. La asistencia fue numerosa entre socios del club receptor y amigos de los participantes en la Travesía.
A continuación, en el exterior, en la explanada cercana a la rampa del muelle de vela ligera, disfrutaron de un vino local acompañado por ibéricos, agasajados por el Club Náutico. A él acudió Luis Mario Aparcero Fernández de Retana, alcalde del municipio de Chipiona, que mantuvo una animada conversación con las distintas tripulaciones, interesándose por la navegación que habían tenido. Por la tarde realizaron un recorrido por la ciudad subidos a un tren turístico invitación del propio alcalde que les hizo de guía. La iglesia de la Virgen de Regla, museo de Rocío Jurado, Ayuntamiento, iglesia de Nuestra Señora de la O, las playas y el faro. Ciudad que se moderniza ante unos tiempos y un turismo cada vez más exigentes. Se cerró la noche con una cena en un lugar muy popular, la taberna La Peña del Betis.
Y por último, se completó la Etapa 7 con otra actividad programada, la visita a Sanlúcar de Barrameda, puerto situado en la ribera izquierda del rio Guadalquivir, que vio partir a las 5 naos y recibió a los 18 tripulantes que sobrevivieron a la gesta de la primera circunnavegación. Visitaron el castillo de Santiago, la plaza del Cabildo y el paseo marítimo donde disfrutaron de una puesta de sol. Su guía fue Wilma Staal, viuda del navarro Julio López, organizador de la vuelta al mundo del velero Guipuzcoa, hace treinta años. Cenaron en el Real Club Náutico de Sanlúcar de Barrameda.
Agradecimientos:
Ayuntamiento de Chipiona, Club Náutico de Chipiona, Agencia de Puertos y Junta de Andalucía.
Esta actividad ha sido subvencionada por el Ministerio de Cultura y Deportes, y patrocinada por el departamento de cultura y deportes de la Diputación de Gipuzkoa y la Agencia de Puertos de Andalucía.